Cómo hablar a un paciente en una consulta de medicina estética

Cómo hablar a un paciente en una consulta de medicina estética

Médico informando a mujer sobre tratamientosCuando una persona va a una clínica médico-estética no acude exenta de temores ante lo desconocido, aunque se haya informado previamente. Los médicos y profesionales sanitarios que recepcionan a los pacientes, los valoran y estipulan sus tratamientos deben tener muy presente el lenguaje a utilizar para comunicarse con ellos. Hay palabras peyorativas como “inyección”, “hematoma” o “descarga” que deben ser reemplazadas para no añadir un sufrimiento psicológico innecesario.

Expresar los tratamientos de forma clara

A los profesionales sanitarios siempre les sorprende cuando, al explicar un tratamiento o una técnica, algunas palabras causan un efecto, mejor o peor, en el paciente, queriendo decir lo mismo.

Muchas personas acuden a nuestra clínica con la ilusión de mejorar, pero con un miedo más o menos escondido y con dudas, muchas dudas: “¿Me quedará bien?”, “¿Me hace falta?”, “Si mi familia se entera… seguro que se enfadan”, “¿No estaré tirando el dinero?”, “¿Y si me da una reacción?” o “Quiero que se me note, pero que no se me note”, etc.

La base de una relación en una consulta de medicina estética es la confianza, esa persona va a “dejar” su cara (o cuerpo) en manos de una médica o médico, una persona que no conoce pero en la que tiene que confiar. Es fundamental hablar con el paciente y observar y valorar qué necesidades tiene, qué pretende mejorar, cuáles son sus expectativas, cuál es la mejora real que va a conseguir (y explicárselo bien) y cuánto le va a costar.

El poder de la palabra

En ese cúmulo de información se pueden utilizar palabras que, significando lo mismo, no añadan más estrés a la visita. Por ejemplo, si se habla de pinchazos se relaciona inmediatamente a aguja, afilada, punción, daño, pero si se explica que son infiltraciones es exactamente igual, pero la asociación es menos traumática.

Uno de los miedos principales es al dolor. Si se prepara al paciente para saber que habrá una molestia al llevar a cabo un procedimiento, ¿quién no es valiente para asumirla?

En los tratamientos de peeling el objetivo es “pelar” la piel… pero a muchas personas acuden imágenes de pieles colgando, con aspecto de “lagarto” y se imaginan que no podrán ni salir a la calle. Por tanto, se puede decir “exfoliar la piel”, que supone lo mismo pero la imagen es menos traumática.

¿Moraduras, cardenales? Claro que sí, en casi todos los tratamientos hay posibilidad de que puedan surgir, aunque si se emplea la palabra equimosis, ¿no suena algo mejor?

Lo mismo sucede con el término inflamación, que resulta mucho más conveniente expresar que pueden surgir pequeños edemas posteriores a las técnicas.

Hay que explicar los posibles efectos secundarios de cualquier procedimiento, advertir de lo que puede ocurrir sin ocultar la realidad, ahora bien, utilizando palabras con el mismo significado pero con menor carga negativa. Con esto se ayuda a una persona que va a realizarse un tratamiento que lo interprete con un grado menor de temor y de carga nerviosa. El resultado no va a variar, pero la tranquilidad para hacérselo sí.

Dra. Inma Vera Serra

Clínica Veramedica