Cuando tratamos lesiones pigmentadas con luz pulsada
Las longitudes de onda de una luz pulsada se mueven en un rango entre 515 y 1200 nm, en la mayoría de las máquinas. Con estos parámetros podemos tratar las lesiones epidérmicas benignas, como discromía, hiperpigmentación, melasma o efélides (pecas). Muchas máquinas llevan incorporado hoy en día un sistema de para enfriar la zona antes, durante y después del tratamiento. Con esto minimizamos las lesiones térmicas, permite el uso de fluencias más elevadas y reducimos el dolor y las molestias asociado a los tratamientos con luz o láser.
Existen contraindicaciones para el uso o la aplicación de la luz pulsada:
- Cualquier infección activa.
- Cáncer activo especialmente melanoma maligno o cáncer de piel no melanoma.
- Historial de cicatrices queloides.
- Exposición al sol o bronceado artificial durante las 3-4 semanas previas al tratamiento.
- Historial de coagulopatías hemorrágicas o uso de anticoagulantes son algunas de ellas.
Es posible que aparezca eritema o edema pasajero inmediatamente posterior al tratamiento. Durante el tratamiento tanto el paciente como el personal médico deben proteger sus ojos con unas gafas adecuadas. Así mismo al igual que con otros procedimientos médicos, siempre se deben tomar fotografías previas al tratamiento y posteriores al mismo.
Durante la sesión es normal molestias que son en general tolerables, pero algunos pacientes solicitan el uso de un anestésico tópico previo al tratamiento. Es posible que aparezca una costra o ampolla que tardará 5 o 10 días en curar, o un cambio de pigmentación en la zona tratada, sobre todo en las personas de piel oscura cuando se han expuesto a la luz solar antes o después del tratamiento. En algunos pacientes se ha visto una hiperpigmentación que tarda entre 3 y 6 meses en desaparecer o incluso una hipopigmentación y entonces al menos necesita entre 12 y 24 meses en resolverse.
Si aparece un hematoma azul-violáceo 8púrpura) en la zona tratada, puede durar entre 5 y 15 días. Pero el color marrón óxido de la piel afectada, podría tardar de 1 a 3 meses en desaparecer.
Para evitar estos posibles efectos adversos, siempre hacemos un test de prueba antes de iniciar una sesión con luz pulsada o láser.
