Embellecimiento no quirúrgico

Embellecimiento no quirúrgico

Sobre el concepto de belleza

embellecimietoAntes de comenzar el tratamiento, es necesaria una valoración del problema o problemas a tratar, juntos el médico y el paciente. Después se plantea un programa de tratamiento, con la belleza como objetivo.

¿Cómo definir la belleza? Se trata de una armonía, de un equilibrio entre el volumen y la forma. La belleza es lo que provoca en nosotros una emoción estética agradable a la vista. Es un fenómeno visual. No es una cualidad de las cosas en ellas mismas, sino que existe en el espíritu de aquel que la contempla. La emoción está asociada al deseo de protección, como desencadenamiento innato y la conclusión final es que, bajo los rasgos del adulto, debe transparentar la cara de un niño.

El ser adulto humano es atraído por una cara cuando los rasgos presentan una morfología infantil. Los caracteres infantiles, la redondez, la plenitud, las curvas, las mejillas llenas, la pequeña nariz respingada, despiertan la emoción asociada al deseo de protección. Una cara infantil está asociada a la pureza, la sinceridad, la honestidad y la vulnerabilidad. El adulto no despierta estas reacciones, su cara está aplanada, la frente es huidiza, la nariz se ha alargado y las mejillas están hundidas.

El deseo de embellecerse no es una trampa que las mujeres tienden al hombre, es el deseo de gustar para ser mejor asimilada, mejor aceptada en la sociedad y la familia. Los rasgos y las expresiones infantiles son pues importantes para sugerir la emoción con el deseo de protección. El culto a la belleza es una cultura y el ser humano es el único animal que no acepta su suerte y busca mejorarla.

La conclusión final es que el deseo de ser bello o bella, esconde detrás el deseo de ser amado o amada. Y la medicina estética debe forzarse de reproducir los trazos juveniles en su trabajo, cuando esto es posible y deseado a fin de desencadenar la emoción y la admiración. La cara de adulto ha de comportar los trazos o expresiones infantiles.

Al plantear un programa de rejuvenecimiento facial, se tiene que hacer de forma sistematizada. La valoración del grado de envejecimiento se hace en función de varias escalas, que tienen en cuenta la medición de parámetros, como el volumen malar o el grado de descolgamiento facial, referente al tercio del rostro que no está fijo. Posteriormente se corrigen los cambios en los volúmenes faciales o se tratan las líneas dinámicas como efecto de la expresión facial o la contracción de la musculatura.

En el concepto de soft-lifting con inyectables se contempla la reestructuración de los volúmenes faciales, pero también la recuperación del hidrobalance de la piel y la tersura y elasticidad.

 

Clínica Dra. Páez – Fuengirola – Málaga