El ácido hialurónico es un elemento esencial en la composición de la piel, responsable de dar la firmeza al cutis. Conforme van pasando los años su contenido se va reduciendo y aparecen las arrugas, por lo que con su aplicación en clínicas médico-estéticas se reemplaza dicha pérdida y se aumenta el grosor de la dermis. Es, por tanto, una eficaz “arma” que hace posible rellenar esas inestéticas marcas, así como remodelar los volúmenes del rostro.
Es una herramienta útil y segura que aporta resultados satisfactorios en un elevado porcentaje y los efectos secundarios son raros y, en el caso de darse, de poca duración.
Forma de aplicación
El nombre de este importante componente deriva del griego “hyalos” (vítreo), en referencia al cuerpo vítreo (donde fue descubierto), y “urónico”, debido a que contiene un elevado nivel de ácido úrico. Es uno de los principales componentes de la matriz extracelular del tejido conectivo y fue descubierto en 1954 por Karl Meyer y John Palmer, doctores de la Universidad de Columbia (Nueva York). Es un polímero, con una estructura química lineal y uniforme, ubicuo y sin especificidad de especie u órgano.
Es responsable en una alta proporción, de la viscosidad del tejido conectivo del cutis. Se puede obtener de dos maneras distintas: extrayéndolo a partir de la cresta de gallo o por fermentación bacteriana.
Existen diferentes técnicas de inyección, aunque las más importantes son:
- Técnica de trazado lineal: es la más sencilla. Se inyecta en la dermis, en forma tangencial, y se deposita el producto mientras se va retirando la aguja. Según el tipo de producto usado y la profundidad de las arrugas a tratar, la inyección deberá realizarse más o menos profundamente.
- Técnica en abanico o radial: se aplican múltiples inserciones retrotrazantes desde un único punto de entrada. Se deposita el ácido a la vez que se retira la aguja lentamente, no de forma completa, sino que se va rotando y avanza el instrumento aplicador en distinta dirección. Es ideal para voluminizar en mejillas y pómulos.
- Técnica punto a punto: la corrección se consigue mediante pequeñas y precisas cantidades de producto, solamente donde se necesita el relleno.
- Técnica de multipunturas: se efectúan aplicaciones superficiales y minimas en el limite de la pápula por multipunturas de 2 a 3 mm de diámetro y de aproximadamente 2 mm de profundidad.
Se suele recomendar no administrar demasiada cantidad durante la primera consulta, con el fin de obtener un buen resultado. Una o dos sesiones de retoque por año deberían ser suficientes. Debe utilizarse un volumen de inyección menor al aplicado en la primera consulta.
Contraindicaciones
Por supuesto y como en todo en la vida, hay ocasiones en las que no es recomendable utilizarlo como, por ejemplo, en las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y en personas con problemas cutáneos de tipo inflamatorio o infeccioso, tales como acné o herpes. También se contraindica la combinación de láseres o peelings químicos en la misma sesión. Una exhaustiva historia clínica ayudará a identificar antecedentes de patologías como tendencia a cicatrices hipertróficas, enfermedades autoinmunes, inmunoterapia activa o hipersensibilidad al ácido.
Los efectos adversos más comunes son después de su administración, pudiendo aparecer un leve enrojecimiento, edema e inflamación de la zona tratada, a veces acompañados de prurito o dolor. Algunas veces se observan induraciones o nódulos. En todos los casos se recomienda dar un suave masaje en el área tratada con el objeto de evitar complicaciones como los granulomas inflamatorios.