Quiero escribir sobre la utilización del láser porque hace unos días caminando por la calle vi un letrero que ofrecía un tratamiento por 20 euros. Me indigné. El letrero estaba colgado en un centro estético.

El motivo de mi irritación es porque el público en general no tiene conocimiento ni para qué sirve un láser, los efectos secundarios que puede tener, quién tiene que realizar el tratamiento y sobre todo desconoce que es imposible que una máquina de este tipo pueda trabajar por ese precio, a no ser que haga uno o dos disparos por sesión y tenga que hacer muchas sesiones. Cada disparo tiene un coste, además del tiempo del profesional y de la experiencia y el saber hacer de la persona que trabajará este tipo de tratamientos de medicina estética (médico).

Resultados con garantías

Los láseres son aparatos que pueden tratar diferentes patologías dermatológicas. Hay formaciones académicas (tipo postgrado o tipo máster) para saber usar los distintos tipos que existen en el mercado. Incluso hay algunos de ellos que se usan en quirófano para el corte, en lugar de un bisturí. No se puede hablar de este instrumento de forma frívola como se está haciendo. La medicina es una profesión muy seria, en la que se engloba la medicina estética.

Hay que saber hasta dónde puede llegar una esteticista. No se puede hablar de láser como si fuese la solución a las arrugas y al envejecimiento y menos aún por ese precio. Los pacientes deben conocer que cada disparo son «x euros», que el manejo de un láser lo debe realizar un médico, que no todos los láseres sirven para las líneas de expresión y que se ha de hacer un diagnóstico de la piel de cada paciente para poder tratarla(hecho que solamente hacen los médicos). Es necesario empezar a diferenciar lo que puede ofrecer un tratamiento médico con respecto al envejecimiento.

Además de los tratamientos externos el médico puede ofrecer tratamientos internos adecuados a la genética y al estilo de vida de cada paciente. En ocasiones es necesario realizar análisis para determinar la efectividad de la terapia externa o la necesidad de añadir algún otro tratamiento para que los resultados sean óptimos y perecederos, siempre en las mayores condiciones de seguridad.

Dra. Consol Montilla (Granollers)