La dieta que funciona

La dieta que funciona

Mujer midiendo cintura y con plato de frutas en la manoEsta frase se ha escuchado muchas veces. No hay una dieta general que funcione, no hay un medicamento general que actúe solo. Hay pautas concretas e individualizadas que permiten mantener el peso perdido y sobre todo no tener un efecto «yo-yo» (engordar lo perdido y también unos kilos más).

Para conseguir una pérdida ponderal lo más importante no son las calorías, no hay que obsesionarse con las cantidades. Lo absolutamente necesario es entender que hay que reducir o eliminar los azúcares de índice glicémico elevado, aquellos que favorecen un disparo de insulina agudo, sustancia esta que favorece la entrada de azúcar en la célula. Si no se gasta el azúcar que entra se acumula en forma de grasa. Primer concepto: saber cuáles son los azúcares de elevado índice glicémico (pan blanco, pasta, arroz blanco incluso alimentos como la zanahoria). Todos ellos favorecen engordar y dificultan la bajada en la dieta. Es más importante elegir bien qué alimentos tomar que la cantidad.

Mitos y realidades del adelgazamiento

Otro concepto fundamental es la ingesta adecuada de proteínas, no más de las necesarias, no dietas hiperproteicas. La importancia de las mismas se basa en que es la que dispara el glucagón, hormona contraria a la insulina, y en que es la responsable de mantener la masa magra y, por tanto, el metabolismo. El mantenimiento del peso depende de dicho metabolismo, de la ingesta proteica, sea con los alimentos o con los complementos adecuados.

El siguiente concepto fundamental en la pérdida de kilos de más y en el mantenimiento es la detoxificación de sustancias que bloquean el sistema linfático y los órganos de drenaje, hígado y riñón. Importante hacer dietas depurativas, siempre bajo control médico.

Los complementos nutricionales ayudan al organismo a conseguir el equilibrio perdido en el tiempo y a restaurar los déficits, sea por el envejecimiento natural o por el patológico, normalmente causado por estilos de vida inadecuados y medicamentos que han ido bloqueando la bioquímica.

El ejercicio físico es básico para mantener la figura. No se puede esperar adelgazar exclusivamente con actividad física sin haber tenido en cuenta todo lo comentado, pero sí es fundamental para seguir teniendo el peso idóneo. El deporte o la actividad física ayudan a controlar neurotransmisores que equilibran la mente y que reducen el hambre emocional.

El hambre física depende de los niveles de azúcar y de aminoácidos (proteínas) en sangre. El control se hace con la ingesta adecuada y los complementos nutricionales correctos. El hambre emocional depende de los neurotransmisores. Estos se regulan con el ejercicio, con la toma de algunos nutrientes como el triptófano y con la ayuda de algunas terapias psicológicas.

Clínica Dra. Consol Montilla (Granollers)