Medicina estética y antiaging para frenar el envejecimiento

Medicina estética y antiaging para frenar el envejecimiento

Matrimonio riendoseBuena parte de la insatisfacción con el aspecto físico a cierta edad es debido al proceso del envejecimiento. Por eso la medicina estética colabora estrechamente con la del envejecimiento, llamada más popularmente “medicina antiaging”, para minimizar los efectos que este proceso produce en el rostro y el cuerpo.

La medicina antiaging o del envejecimiento fisiológico intenta controlar y compensar todos los factores que pueden acelerar este proceso y para eso utiliza una dieta bien equilibrada, un ejercicio físico adaptado a las necesidades de cada persona y complementos nutricionales y hormonales si hay deficiencias o descompensaciones, lo que se llama actualmente también nutricosmética, además de la cosmética médica clásica.

Dicen que la belleza viene desde el interior o, lo que es lo mismo, que no hay belleza exterior sin belleza interior, y sobre esta base la medicina antiaging ayuda desde el interior a tener un óptimo funcionamiento del organismo.

Avances para frenar el envejecimiento

Todos los esfuerzos se dirigen a conseguir reducir al mínimo el proceso oxidativo de las células, que es lo que nos hace envejecer, por eso como base de la medicina antiaging se prescribe siempre un antioxidante. En realidad lo que se trata de conseguir es que el organismo tenga un mínimo desgaste y para eso se intentan detectar y eliminar todos los agentes tóxicos, externos o que se ingieren, entre los que se pueden encontrar metales o conservantes de alimentos, controlar los niveles hormonales para tenerlos no a niveles normales si no óptimos, y además proporcionar todos los sustratos adecuados para que el organismo pueda realizar sus funciones en óptimas condiciones, a ser posible con la misma actividad que en la juventud.

Ya hace algún tiempo que se sabe que si se mezcla la circulación de un ratón joven con la de uno viejo, este rejuvenece. Pero este último año se ha ido más allá. Se ha logrado identificar el factor específico del plasma que se cree el responsable y recientemente se ha puesto en marcha el primer estudio en humanos. A dieciocho afectados de enfermedad de Alzheimer se les inyecta plasma de donantes jóvenes para intentar frenar el deterioro neuronal.

Superficie cutánea rejuvenecida

Un ejemplo de lo anteriormente expuesto es un tratamiento regenerativo que se hace y recomienda en medicina estética cuando se trata el envejecimiento facial: la bioestimulación cutánea con factores de crecimiento.

La piel envejece entre otros motivos porque el fibroblasto o célula base de la piel pierde actividad y trabaja más lentamente. Por lo tanto, uno de los objetivos será estimularlo para que trabaje como cuando era más joven, lo que se logra con el tratamiento con plasma rico en factores de crecimiento. El tratamiento consiste en extraer sangre al propio paciente y una vez separado el plasma, inyectarlo en toda la dermis de la cara. Además también se realiza una mesoterapia al cabo de unos días con vitaminas y oligoelementos, para proporcionar al fibroblasto una vez estimulado, todos los sustratos necesarios para que pueda regenerar la suficiente elastina y colágeno, si puede ser en las mismas proporciones que tenía la dermis cuando era más joven.

Este tratamiento se recomienda una vez al año y, dependiendo de la edad, dos veces al menos los tres primeros años. Con él se obtiene una piel más tersa, suave, brillante y sana. Es un tratamiento muy natural, que no tiene efectos secundarios ni provoca nunca reacciones alérgicas porque se inyecta un producto del mismo paciente.

La busca de la inmortalidad es una obsesión antigua, y hoy que la ciencia entiende perfectamente las causas del envejecimiento, se está invirtiendo mucho en este campo, por lo que la mayoría de expertos creen que en un día no demasiado lejano se encontrará la manera de frenar el envejecimiento totalmente y de manera efectiva, lo que abriría una época revolucionaria.

El aumento de la esperanza de vida conseguida en los últimos años, ya ha provocado un desequilibrio en el sistema de pensiones y de salud de los países desarrollados, y hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja a sus estados miembros que inviertan en medicina preventiva (la que como se ha visto tiene mucho que ver con la medicina antiaging), para llegar a una vejez con la máxima calidad de vida, es decir, libre de enfermedad y de dependencia.

El cómo se puede llegar a una sociedad sostenible con una esperanza de vida de 100 años o más es un debate político interesante, pero sobre todo imprescindible.

Dra. Júlia Martínez-Illescas (Andorra)