Sobre el envejecimiento del rostro

Sobre el envejecimiento del rostro

envejecimiento del rostro

El envejecimiento facial es un proceso multifactorial que afecta a varias capas, es el conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen como consecuencia del paso del tiempo. La cara es una estructura que se debe entender como un todo aunque solo queramos tratar una parte. Con los años las líneas curvas van desapareciendo y llegan surcos arrugas y bolsas.

El envejecimiento del rostro está genéticamente programado, pero se intensifica por factores intrínsecos como la acción de los radicales libres o los cambios hormonales y por factores extrínsecos, como la exposición a los rayos solares, el tabaco o la alimentación.

Encontramos una pérdida de masa ósea en el esqueleto facial, lo que conlleva una pérdida importante del soporte sobre el que apoyan los tejidos blandos y una pérdida de proyección en zonas como los pómulos. Aparece una atrofia de algunos compartimientos grasos faciales y un cambio en la estructura de la piel con un adelgazamiento de la dermis y tejido celular subcutáneo, principalmente. Se observan cambios en la vascularización y en la pigmentación tanto por exceso como hipermelanosis como por defecto.

Existen varias escalas que tratan de cuantificar los efectos dermatológicos y anatómicos del envejecimiento para así facilitar la formación y la comunicación entre médicos y pacientes y sobre todo ayudar a gestionar las expectativas de los pacientes que se van a realizar un procedimiento estético.
La clasificación de Glogau (Score de Glogau) es la que más se usa para determinar el grado de envejecimiento clínico, y con esto se definen 4 tipos:

Tipo I: SIN ARRUGAS
Fotoenvejecimiento temprano. Leves cambios pigmentarios. Sin queratosis. Mínimas arrugas.
20 a 30 años de edad. Mínimo o ningún maquillaje

Tipo II: ARRUGAS EN MOVIMIENTO
Envejecimiento temprano a moderado. Tempranas lentigines seniles visibles. Queratosis palpables pero no visibles. Comienzo de aparición de líneas paralelas en la sonrisa.
30 a 40 años de edad. Generalmente se utiliza alguna base de maquillaje
Tipo III: ARRUGAS DE DESCANSO
Fotoenvejecimiento avanzado. Discromía obvia y telangiectasias. Queratosis visibles. Arrugas aun cuando no gesticula
50 años o más. Siempre se utiliza base pesada para maquillaje.

Tipo IV: SOLAMENTE ARRUGAS

Fotoenvejecimiento severo. Color de la piel amarillo a grisáceo. Manchas actínicas. Queratosis seborreicas. Malignidades cutáneas previas. Arrugas en toda la piel 60 a 70 años. No se pueden usar maquillajes dado que los mismos forman costras y fisuras.
Con esta escala podemos determinar qué grado de envejecimiento padece el paciente, que vamos a tratar.
El triángulo de la juventud se define por los pómulos que están elevados y bien definidos de los 25 a los 40 años; y la línea mandibular es fuerte y bien marcada. A partir de los 55 años ocurre una deflación de las mejillas, los pliegues nasolabiales se hacen más evidentes y la línea mandibular se torna irregular.

Con el envejecimiento del rostro ocurre una pérdida de volumen biométrico en el rostro, pérdida ósea significativa y cambios notables en las capas superpuestas de tejidos blandos y la piel. Los músculos faciales se atrofian y esto contribuye a la flaccidez del rostro y pérdida del tono de la piel con el consecuente desplazamiento de los compartimentos grasos. La pérdida o migración de la grasa produce arrugas profundas y defectos del contorno. La acumulación de grasa en algunas zonas da la impresión de hinchazón permanente. La piel pierde sus proteínas estructurales colágeno y elastina y se vuelve flácida.

Doctora Paez