Urticaria

Urticaria

¿Qué es la urticaria?
Mujer rascándose en el cuelloLa urticaria es un trastorno muy común que se caracteriza por la aparición de habones o ronchas en la piel. Esto habones producen picor y son evanescentes, es decir, que en menos de 24 horas desaparecen, aunque pueden aparecer nuevos en otras localizaciones.
¿Por qué se produce la urticaria?
Las reacciones de urticaria se producen cuando ciertos estímulos desencadenan la liberación de mediadores de la inflamación capaces de producir aumento de la permeabilidad vascular y edema. Cuando esto ocurre en la dermis superficial, se producen los habones. En cambio, cuando esto se produce en los tejidos más profundos da lugar al angioedema.
¿Hay diferentes tipos de urticaria?
Sí. La urticaria se divide en 2 grandes grupos en función del tiempo de evolución. Conocemos como urticaria aguda aquella que se encuentra presente desde hace menos de 6 semanas, y como urticaria crónica aquella que acompaña al paciente desde hace más de 6 semanas.
Además, las urticarias crónicas las podemos separar en dos subgrupos, entre los que encontramos las urticarias físicas y las urticarias crónicas idiopáticas. Las urticarias físicas están provocadas por estímulos externos al cuerpo, capaces de producir liberación de mediadores, y de esta forma desencadenar una urticaria. Entre ellos encontramos el sol, el frío, el agua, la presión o la vibración. Las urticarias crónicas idiopáticas en su gran mayoría no se llega a identificar ningún desencadenante, aunque es necesario descartar la asociación a algunos factores, entre los que encontramos los fármacos, principalmente los antiinflamatorios (AINEs, como ibuprofeno). También es conocido que algunos alimentos puede desencadenarla o empeorarla, como pueden ser leche, huevos, mariscos, pescado, cereales o frutos secos, así como las picaduras de insecto.
¿A quién puede afectar la urticaria?
Se estima que alrededor del 20% de la población sufrirá algún episodio de urticaria a lo largo de la vida. En cuanto a la urticaria crónica, en Europa se sitúa su prevalencia entorno al 1,3% de la población. Es una enfermedad más frecuente en mujeres (2:1) y con un pico de edad situado entre los 20 y los 40 años.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, y se realiza mediante la historia clínica y la exploración física. En caso de que en el momento de la visita el paciente no presente lesiones, es de ayuda que aporte fotos realizadas cuando sí presentaba lesiones.
Se realizará un interrogatorio exhaustivo con tal de hallar algún posible desencadenante, y en casos de urticaria crónica sin causa aparente, se realizará un estudio analítico para determinar alguna posible causa asociada.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de las urticarias se basa en 2 pilares básicos: el primero consiste en evitar los fármacos desencadenantes o las situaciones que provocan la urticaria, y el segundo, en la administración de antihistamínicos, preferiblemente de segunda generación con menor perfil sedante, a dosis elevadas. En caso de no controlarse las lesiones con un antihistamínico a dosis plenas, se cambiará de fármaco o se combinará con un segundo antihistamínico.
Si aún con ello no se consigue el control de los síntomas, está indicado recurrir a fármacos inmunosupresores o a un fármaco biológico de relativamente reciente comercialización, llamado Omalizumab, que ha demostrado su eficacia para el tratamiento de la urticaria crónica. El inconveniente de esta terapia es su algo coste económico. Por otro lado, los fármacos inmunosupresores pueden también ser eficaces, aunque se ha de sostener en una balanza su potencial riesgo de efectos adversos.

 

Clinica Tufet (Barcelona)