Los hilos tensores son la herramienta empleada en el tratamiento que está más de moda en medicina estética. Sirven para la corregir la flacidez facial, aunque dependerá del grado que tenga cada paciente. Evidentemente no es una cirugía, por lo que tiene sus limitaciones, si bien aporta unos resultados asombrosos.
Procedimiento
En cuanto a los hilos, hay distintos tipos, técnicas y diferentes precios. Todo ello variará en función de las características de cada persona y de lo que se considere más adecuado en cada caso tras evaluarla clínicamente.
Es un tratamiento que únicamente precisa anestesia local y los efectos secundarios son exclusivamente algún pequeño hematoma. Se reabsorben al cabo de un mes y medio y lo importante es la síntesis de colágeno que se aporta, que será lo que producirá el efecto alisador final y la mejoría en la calidad del cutis.
Es un tratamiento que se nota a los tres meses en su punto máximo, aunque inicialmente ya se pueden apreciar sus resultados reafirmantes que reducen el aspecto de las arrugas. Además, se puede complementar con otras opciones médico-estéticas, ya que es compatible con otras técnicas.